Nuestra historia

Nuestros orígenes como núcleo de investigación y creación están en el TEM (Teatro Estudio de Madrid) de Miguel Narros, con quien se asocia William Layton en 1960. Continuamos con el nombre de TEI (Teatro Experimental Independiente) que se convierte en un grupo emblemático dentro del teatro independiente de nuestro país. En 1983, reconvertidos en el TEC (Teatro Estable Castellano), iniciamos una fase de transformación durante el periodo de la Transición, una etapa que supone una apertura social y cultural que absorbe el tejido artístico creado en las dos décadas anteriores. Desde nuestros comienzos gran parte de la profesión ha pasado por nuestras aulas, con el objetivo de conocer el método Stanislavski, que Layton introdujo en nuestro país.
A mediados de los años 80 del siglo XX, en las salas de ensayo del Teatro Español, adoptamos el nombre de Laboratorio de Teatro William Layton, a partir del trabajo del propio Layton y Miguel Narros, como en nuestros orígenes, junto a José Carlos Plaza, Francisco Vidal, Paca Ojea, Begoña Valle, María Ruiz y Arnold Taraborrelli. A ellos se unieron Antonio Valero, Amparo Valle, Mar Díez, José Pedro Carrión y Antonia García. Todos ellos pusieron en marcha la estructura de funcionamiento del Laboratorio, que se había consolidado como un referente en la formación de intérpretes y creadores.
En 1990, Layton publica ¿Por qué? Trampolín del actor, un libro en el que se registra una aproximación a nuestro sistema de trabajo. El mismo William Layton prefiere considerarlo, más que un método, un primer manual: «un acercamiento a la interpretación a través de la improvisación».
Durante los años posteriores el Laboratorio sigue su intensa labor de formación y creación, fomentando el trabajo de los profesionales e impulsando sus iniciativas teatrales o audiovisuales. Además, colabora en proyectos de cooperación y desarrollo y de participación ciudadana, así como en eventos culturales.
Desde julio de 2003, el Laboratorio tiene su sede en un amplio local en la ribera del río Manzanares, en la calle Aniceto Marinas nº 34, desarrollando su proyecto de formación y creación artística y sigue siendo una escuela de prestigio para todos los profesionales, manteniendo un profundo compromiso con los valores humanos, así como una labor asentada en la experiencia y en la renovación dentro de las artes escénicas y audiovisuales.
Actualmente el Laboratorio se mantiene como un centro de formación y creación puntero, con amplio reconocimiento a nivel internacional. Nuestros actores, actrices y creadores trabajan en proyectos tanto en las artes escénicas como en el ámbito audiovisual. También apoyamos muchos de los trabajos que emprenden los profesionales formados en el Laboratorio mediante la cesión de salas para ensayos, grabaciones, castings o preproducción, en una corriente que llamamos LABORACCIÓN.
Además de nuestra sólida trayectoria, creemos que es necesario manifestar cuál es nuestra posición en el mundo y en nuestra sociedad. A este respecto nos declaramos activistas en la defensa de la igualdad, la no discriminación, el respeto y la ética en el arte, en la enseñanza, en el trabajo y en la convivencia.